miércoles, 2 de marzo de 2011

El poder de la música

Resulta increíble la cantidad de música presente en nuestra vida. Y la manera en que nos afecta. No se muy bien en que derivará este post, simplemente estaba escuchando algunas canciones de mis bandas sonoras favoritas, la de "Amelie", de Yann Tiersen; y la de "El fantasma de la Ópera". Hace ya algún tiempo que me dio por utilizar las bandas sonoras para estudiar, pero he de reconocer que ahora escucho la música de estas películas en cualquier momento y siempre se agradece. Y desde hace unos meses que descubrí Spotify, no soy capaz de quitármelas de la cabeza!
Y es que se echa de menos cuando falta. Por ejemplo, ayer estuve en el gimnasio y la música estaba al mínimo. Tengo la impresión de que es el único gimnasio del mundo con la música a tan poco volumen, ya veis que suerte tengo. En fin, el tema es que, a estar allí, haciendo ejercicio, le venia bien la música, un ritmo, algo que sonara y que fomentara la situación. Lo mismo cuando vas por la calle sin que nadie te comente el fiestón de ayer o lo idiota que es el profesor de turno. Siempre hay algún detalle que me recuerda a alguna escena de película a la que le falta una banda sonora ¿No sería genial tener una banda sonora de tu vida? Ir caminando y que la música sonara mientras tanto. Y con "mientras tanto" no me refiero al macarrilla que en ese momento pasa en su cochazo "mazo tunning" con el chunda chunda todo volumen y la ventanilla hasta abajo. No, me refiero a canciones que acompañen, que vayan deteniéndose contigo en los semáforos y acelerándose cuando está a punto de sonar el timbre para entrar en clase, marcando el ritmo cuando tienes prisa para llegar hasta el autobús y mezclándose con el chapoteo de la lluvia.
Admito que en este último párrafo me he dejado llevar por experiencias propias. Estaba sonando otra magnífica banda sonora de Tiersen, la de "Goodbye Lenin", que ha conseguido sacar mi lado más melancólico y tristón. Ahora ya ha cambiado. Algo de Diana Krall, Franz Ferdinand... La lista de reproducción continúa pero solo en el ordenador. Habrá que dejar las bandas sonoras personalizadas para situaciones en el futuro.
Mientras tanto, para los paseos,siempre nos quedará el Ipod.


Propósito #48: hacer una tortilla de patatas por mi cuenta

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