miércoles, 9 de marzo de 2011

Lo que sucedió cuando Coco se reencarnó en Lagerfeld


Coco Chanel fue una mujer de gran personalidad, una luchadora que salió adelante gracias a su orgullo, tal y como ella admitió numerosas veces. Pero no solo con orgullo se llega a la cima de la moda. Recurrió también a mas de una treta, engañando a comerciantes, benefactores y multitud de amantes que entraban y salían tan rápido de su vida como sus diseños de sus tiendas. Por ello además de un icono de la moda, ha sido considerada también un icono de mujer y de feminismo. Unificó ambas ideas dejando a un lado los diseños recargados y pomposos, rompiendo esquemas con sus esbozos de líneas rectas que daban un aire de androginia a los cuerpos. Buscaba la sencillez, la comodidad, la libertad de movimientos en una época en la que cualquier atisbo de libertad quedaba restringido, no sólo al mundo de los hombres, si no al mundo en general. Pero lo consiguió. Se convirtió en una musa cuyo apellido sigue llenando revistas, pasarelas e incluso salas de cine (con la siempre genial Audrey Tatou en el papel de Coco).

Y ahora ¿qué? Hay que mantener de alguna forma ese glamour, la cima no basta con alcanzarla, hay que renovarse. Y eso es lo que pretende su actual sucesor, Karl Lagerfeld, iniciar una nueva era. O eso dice. En la Paris Fashion Week presentó esta semana su nueva colección, en un escenario que semejaba un caos de cenizas volcánicas. Pero en mi opinión, dejó bastante que desear esta vez. Se pasó con ese feminismo mal entendido. Me encanta la idea de utilizar prendas con corte masculino, tal y como hacia Coco, para crear moda femenina. Americanas con camisa, pantalones rectos, sombreros que recuedan a Sabina... Pero Lagerfeld se ha limitado a vestir a sus modelos con ropa masculina. No hay innovación, simplemente ha cambiado de maniquí. Se ha dedicado a oscurecer todos los tejidos, a poner zapatos tres numeros más grandes, a alargar los pantalones de modo que se arruguen en los tobillos. Se está abusando del término feminismo, se está cambiando el concepto. No se trata de convertir a la mujer en Barbie ni en Ken. No se trata de que Coco se reencarne en Lagerfeld y que todos seamos iguales pero con un alma de hombre o de mujer. Se trata de dar por válido todo aquello por lo que lucharon las mujeres como Coco, olvidándonos de los extremos y extrapolando todo esto que, aunque se aplique a la moda, es aplicable a toda la sociedad que nos rodea.

Todas las fotos del desfile:

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