lunes, 14 de enero de 2013

Lecciones

    "Lección 1: No somos tontos". Es el título del primer capítulo de las "Lecciones de poesía para niños inquietos" de García Montero. Un libro totalmente recomendable para críos y no tan críos. Lo de dejar de lado la tontería es algo que se supone trata de dejar claro a los niños con ese título, pero que habría también que aclarar al resto de la gente. 
   En realidad, nos da por pensar que somos increíblemente listos, al menos en comparación a quienes nos rodean. Y sutiles. ¡Ay, la sutileza! Creemos que nadie se va a dar cuenta de lo que hagamos, que somos capaces de escondernos y de manipular sin atenernos a ningún tipo de consecuencias. No hay acción, no hay reacción... Por lo tanto, vamos a variar el título de nuestra lección personal. No pensamos ser cortos de miras, no, nuestro ego nos impide no valorarnos. Lo que tenemos que comprender es que (en general) el resto tampoco tienen un pelo de tontos. A pesar de las apariencias, comprobado queda: siempre hay alguien por encima. En ocasiones la inteligencia queda oculta por la locura, y el hacerse pasar por ignorantes puede ser la opción más recomendable. El disfraz de loco es tan interesante...
     Ahora bien, la inteligencia radica, entonces,  en saber usar o no la información y en no infravalorar el entorno. Recordando, por supuesto, que la sutileza no es el fuerte de nadie, si no el factor sorpresa: en cuanto presumes de él, irremediablemente lo has perdido.

lunes, 7 de enero de 2013

De resacas y mareas

    Nos damos cuenta de golpe, como si una ola nos arrastrara sin querer. No nos empuja con una fuerza descomunal, pero nos pilla de improviso y nos acerca a la orilla. La ola rompe y nos quedamos allí, sentados, varados, rodeados de la espuma, de los restos. 
     Y ya no es un "nos", ya es un "me". 
     Me quedo tirada, con la piel cubierta de sal y arena. 
     Los restos.
    Todo por que las cosas que más nos afectan resultan no ser las más importantes, y llegan cuando menos te los esperas. Son pequeñas, pasan desapercibidas hasta que les da por juntarse a las muy jodías, hasta que se ponen de acuerdo entre ellas para hacerte tocar el fondo del mar. 
    -Eh, oye, soy una putadita, ¿qué te parece si escogemos ésta semana que pasa esto y esto y lo otro y salimos a flote, a ver si fastidiamos el dia a unos cuantos?
   -Perfecto, espérate que llamo a un par de colegas que tambien querían salir de marcha y ya la liamos todos juntos
    Primero te dejan en la orilla para que pienses en todo y te limitas a (des)esperar (te) a que el agua te recoja de la arena y la resaca te arrastre mar adentro, cuando ya es lo que queda, lo que nos queda, lo que me queda.