Siempre me he considerado una persona de ideas claras, con una serie de principios y valores para defender. No he ocultado mi ideología política en ningún momento, los que me conocen saben hacia donde se orientan mis ideales y me siento orgullosa de mis pensamientos. Siempre ha sido así, hasta ahora. Ahora, cuando por primera vez en mi vida mi voto se va a contabilizar, cuando voy a participar por primera vez en unas elecciones, cuando llega la hora de que busque a un político para que me represente, es cuando me están llegando las dudas.
Nunca he sido apolítica. Me sienta mal que a la gente de mi edad "le de igual" votar a unos u otros. Pero, a la hora de la verdad, no lo tengo claro, aunque comparta ciertas ideas, los partidos políticos existentes no me dan lo que pido. Lo único que veo son discusiones, peleas de pareja entre la izquierda y la derecha. Esa es la razón por la que he decidido apoyar al movimiento DemocraciaRealYa! Y repito, no es un movimiento político, es un movimiento de concienciación. No somos (ya me incluyo) antisistema, tan solo ejercemos nuestro derecho a manifestarnos para buscar soluciones, para conseguir que nuestro pais pueda decir en alto frente al resto del mundo: Sí, somos una democracia. Porque en una democracia importan los ciudadanos, y si los propios ciudadanos no se consideran escuchados, hay algo que falla, el sistema se contradice.
Hoy, es el último dia para efectuar el voto por correo. Mis papeletas están ahora mismo esperándome en la Oficina Central de Correos de Ferrol. Dentro de un rato iré, recogeré la documentación y tomaré la decisión que crea conveniente, la más correcta. Acto seguido, me dirigiré a la concentración que tendrá lugar en la Plaza de Armas y veré in situ la situación, propondré mis ideas y hablaré cuando sea necesario. Por que eso SI es democracia, hablar, escuchar al resto, opinar....todas esas cosas que parecen básicas, que te enseñan en las clases de educación infantil y que poco a poco vamos olvidando. Creo que una de mis propuestas va a ser esa, sustituír la clase política por maestras de parvulario, a ver si, al tratarnos como niños, algunos empiezan a comportarse como ellos.
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