sábado, 18 de junio de 2011

Estados de conciencia

     Retomo el teclado del ordenador para reflexionar un rato entre libro y libro. Y es que ya iba siendo hora, que entre unas cosas y otras pienso mil veces en bloggear, y que conste que tengo varias entradas empezadas... pero a la hora de la verdad no encuentro la forma de acabarlas y ahí quedan, en la despensa de textos a medias.
     Pero vamos con lo de hoy. Resulta que por ciertos temas personales, he estado pensando en las cosas buenas y las malas. Se trata de una separación estricta, las cosas están bien o mal, no se puede estar regular...al igual que no se puede estar medio-muerto, ni se deja la ventana medio-abierta. Pues en temas éticos, las cosas se dividen en bien y en mal y se engloban en uno u otro campo dependiendo del marco espacio-temporal. El árbitro que tenemos dentro, el Sr. Conciencia, toma sus decisiones en base a la cultura que nos inculcan desde niños. Por lo tanto, no todos debemos coincidir a la hora de ver una acción de una u otra forma.
     Personalmente, siempre me he jactado de ser una de esas personas cuya balanza de lo bueno y lo malo está bastante equilibrada. Pienso que mis ideales de lo que se debe o no se debe hacer son lo suficientemente decentes y que la educación que me han dado en mi casa es impecable. Por otro lado, no sólo conozco esa balanza si no que suelo tenerla en cuenta  a la hora de tomar todas mis decisiones, y el antes nombrado Sr. Conciencia siempre ha estado ahí, como un maestro que repite y repite las cosas para que todo salga tal y como el quiere. Pero eso es hasta que aparece un conflicto de la siguiente calaña: El gato tiene curiosidad por algo, y aunque sabe que no es lo correcto, algo le impulsa ha hacerlo... y una vez hecho, la conciencia no funciona, no da señales de que eso esté mal... el gato no se siente culpable a pesar de que tiene conocimiento de causa, a pesar de saber que ha hecho algo malo... y piensa que, aunque la curiosidad mató al gato, en este caso el gato no salió herido...
     Entonces, ¿qué ocurre cuando los sensores del Sr. Conciencia, de pepito grillo, de ese algo que nos dice que debemos hacer, dejan de funcionar? ¿Hasta que punto las cosas son "malas a medias" o "malas del todo"? ya que, al fin y al cabo, si la conciencia del bien y el mal no es universal, si no que depende de las culturas, debería ser posible una puntualización, debería ser posible una gradación a la hora de valorar lo que hacemos...¿o no?

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